Ayer lunes, Andrés Manuel López Obrador, el presidente mexicano, presentó el plan nacional contra la desaparición forzada de personas. Un flagelo que en el país azteca alcanzó la cifra de 40 mil víctimas y 26 mil cuerpos sin identificar.
AMLO expresó en la presentación desde el Palacio Nacional que nunca más se declarará la guerra para abordar los temas de inseguridad en el país, que describió como derivados de la desatención que sufrió el pueblo mexicano, por el modelo económico neoliberal que benefició a una minoría rapaz, según sus dichos.
El plan consta de 11 acciones para frenar la crisis humanitaria que vive el país en esta materia. “Queremos que México deje de ser una enorme fosa clandestina”, explicó Encinas Rodríguez, el subsecretario de derechos humanos.
La Comisión Nacional de Búsqueda recibirá un presupuesto millonario para ponerse en marcha y que se utilizarán en la búsqueda, localización e identificación de personas desaparecidas, y explicaron que para eso se deberán crear las comisiones estatales, que durante el gobierno anterior nunca se formaron.
A partir de ahora el Estado mexicano trabajará en todo momento con los familiares de las víctimas y organismos internacionales como la oficina del Alto Comisionado de la ONU. A su vez se creará el Instituto Nacional Forense que servirá como gran base de datos para identificar a las personas desaparecidas.