Ayer fue un día de fuertes manifestaciones, con cortes de carreteras en todo el país en rechazo al anuncio del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que dio ganador de las elecciones del 26 de noviembre al presidente Juan Orlando Hernández.
Para la población no hay dudas de que el escrutinio fue fraudulento y la actitud censuradora y represiva del gobierno han terminado por levantar incluso a los votantes de Hernández en contra de un gobierno que parece dispuesto a seguir en el poder de manera ilegal.
Los manifestantes también denuncian a los veedores de la Unión Europea de ser cómplices y haber avalado el recuento fraudulento. Salvador Nasralla el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura presentó pruebas de manipulación de las actas de votación y la OEA se pronunció a través de la Misión en Honduras de que el recuento “no contó con las robustas medidas de seguridad necesarias para garantizar su integridad” y se pronunciaron sobre una posible adulteración, aunque sin atreverse a hablar de intencionalidad.
La OEA había convocado a Nasralla a Washington en el mismo momento que el TSE declaraba la victoria de JOH, lo que fue tomado por los opositores como otra muestra de engaño y confabulación en su contra.
El expresidente Manuel Zelaya convocó al pueblo hondureño a sostener la movilización para derrotar al régimen oprobioso, injusto y fraudulento de Hernández.