En varios hospitales ya se desarrollan terapias de seguimiento y acompañamiento para salvaguardar la salud mental de sus trabajadores.
Llevar el virus al hogar y contagiar de la enfermedad a un amigo o ser querido es uno de los miedos a los cuales se enfrentan los miembros del personal sanitario que labora en las principales casas de salud del país, donde diariamente son atendidos cientos de pacientes COVID.
La variante ómicron no da tregua y, desde el mes de diciembre, los servicios de salud también han sufrido bajas importantes por infecciones entre los médicos, enfermeros, auxiliares y el personal administrativo y solo en el Guayas, por ejemplo, se calcula que un 30% de profesionales de la provincia ha sido afectado en el desarrollo de la pandemia.
La situación se traduce en que áreas completas como traumatología, cardiología, neurología, entre otras, hayan tenido que reducir su capacidad de atención o cerrar temporalmente frente a la falta de personal. Si bien, ómicron ha demostrado ser menos letal en pacientes vacunados, el alto nivel de trasmisibilidad ha provocado aumento simultaneo en miembros del personal quienes requieren permiso y aislamiento en casa.
Sin embargo, la enfermedad física no es la única que afecta a los trabajadores de la salud, pues según la Organización Panamericana de la Salud aproximadamente (OPS) 3.190 empleados sanitarios presentaron síntomas de estrés, ansiedad, depresión e incluso ideas suicidas, tras la etapa más mortal de la pandemia.
Es por esto que, en casas de salud en todo el Ecuador, como el hospital Pablo Arturo Suarez de la ciudad de Quito se realizan terapias de seguimiento y acompañamiento para salvaguardar la salud mental. El personal durante estas terapias aprende a identificar el miedo, la angustia y los síntomas del estrés, para posteriormente poder lidiar con sus emociones.
En esta casa de salud se estima que laboran alrededor de 142 personas, de las cuales un 30% fue afectado psicológicamente al inicio de la pandemia; (esto según encuestas de la propia unidad médica), por lo que, haciéndose eco del estudio publicado por la OPS, las autoridades han pedido a la ciudadanía su colaboración para intentar reducir los contagios y aliviar la enorme carga que actualmente pesa sobre los hombros de quienes cuidan de nuestra salud.
Redacción: Ángel Cóndor