Los hospitales en Gaza, Palestina, están a punto de cerrar, lo que dejaría sin cobertura médica a casi 1,3 millones de personas. Dos mil pacientes dependen directamente de dispositivos eléctricos que requieren de combustible. El bloqueo que llevan adelante las autoridades israelíes impidiendo el ingreso de suministros, agudiza la crisis energética de la zona.
Naciones Unidas advirtió este domingo que está quedándose sin elementos para llevar adelante ayuda humanitaria, a través del coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, James McGoldrick.
“Quienes corren el mayor riesgo son los pacientes con deficiencias cardiacas y renales, así como los recién nacidos en cuidados intensivos”, explicó el irlandés.
Hace más de una semana que el gobierno israelí prohibió la entrada de combustible a Gaza. Según los cálculos de McGoldrick, a principios de agosto deberían agotarse las existencias lo que significaría el cierre de los hospitales al no contar con electricidad.
La Organización Mundial de la Salud explicó que el Hospital Al Quds, por el que pasan unas 150 mil personas al año, será uno de los que deberá cerrar y otros cuatro hospitales solo cuentan con reservas para los próximos tres días.
Las autoridades sanitarias palestinas han reducido al mínimo los servicios hospitalarios, pero esto aumenta el riesgo de infecciones y de contagio entre pacientes y en la población en general. Ya que a la falta de electricidad hay que sumarle la carencia de agua y saneamiento.
La ONU distribuye un promedio de 950.000 litros cada mes a alrededor de 220 hospitales y clínicas así como sitios de tratamiento de agua y alcantarillado y servicios de recolección de desechos sólidos.