El 4 de febrero se vota en Costa Rica y se elige al nuevo presidente, los dos vicepresidentes y las 57 personas que integrarán la Asamblea Legislativa. Más de tres millones de costarricenses están habilitados para emitir su voto y 13 candidatos disputarán la presidencia.
Importantes debates entre los candidatos se realizaron por orden del Tribunal Supremo de Elecciones para que la ciudadanía conozca las propuestas de cada uno.
Uno de los temas abordados fue el de aportarle información a los estudiantes para que conozcan qué estudios tienen mayor salida laboral, fortaleciendo el acompañamiento de los estudiantes y Juan Diego Castro Fernández, del PIN, propuso que se incentiven las carreras técnicas para aquellas personas que perdieron años de estudio en la etapa secundaria.
Rodolfo Piza y Otto Guevara son partidarios de la “mano dura” para reducir la violencia, mientras John Vega considera que para combatir la delincuencia y la pobreza hay que generar empleos. Si bien la mayoría de los candidatos considera necesario reducir el gasto público, las propuestas para llevarlo a cabo pasan por la austeridad, el ajuste y el combate de la corrupción, con mayor o menor grado de participación estatal.
Las mejoras en el transporte y la conectividad entre las ciudades costarricenses forman parte de las propuestas, mejorando la implementación de la obra pública con la creación de un ente de planificación y ejecución de las mismas, una de las propuestas de Rodolfo Hernández.
Se calcula que todavía hay un 23 % de indecisos, con lo que el resultado se mantiene incierto. Una encuesta de OPol Consultores para el diario El Mundo, otorgaba a Fabricio Alvarado la preferencia con el 22,5 %, siguiendo con el expresidente de la Asamblea Legislativa, Antonio Álvarez Desanti, con el 21,9 % y el exministro Castro Fernández es tercero con poco más del 17 %.