Luego de que el juzgado de segunda instancia confirmara la sentencia contra el expresidente brasileño, Lula da Silva, y la elevase a 12 años y 1 mes, surgió un opositor inesperado a este fallo: el presidente ilegítimo Michel Temer.
Para Temer sería bueno que Lula pudiera presentarse a las elecciones, para disminuir la tensión que vive el país y que desearía que fuera vencido en las urnas y no a través de operaciones judiciales.
Quien se benefició del golpe de estado parlamentario orquestado contra Dilma Rousseff, manifestó “en los últimos tiempos, Brasil vive una tensión permanente y esto no es bueno para el país. Personalmente, sobre el plano político, creo que si (Lula) pudiera participar en las elecciones y eventualmente fuera derrotado, sería lo mejor para el país”.
Temer pidió no subestimar a Lula, alegando que no está políticamente muerto y que tiene mucho carisma.
El expresidente fue considerado responsable de la ausencia de pruebas que lo incriminen y por esto fue condenado por convicción de los jueces y no, por la recopilación de pruebas en su contra, sentando un precedente judicial de gran creatividad.
Con esta decisión, el exsindicalista, encontrará muchas dificultades para poder presentar su candidatura, pese a que el Partido de los Trabajadores (PT), lo ha confirmado en esa función.
Las encuestas colocan a Lula en cabeza de todas las preferencias. ¿Podría el PT ganar con otro candidato o candidata y luego amnistiar al dirigente condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero?