Como un gobierno atípico que construyó su actividad política sobre la base de la negación, traición y pragmatismo, calificó el exasambleísta Ramiro Aguilar, al primer año de gestión del presidente de la República, Lenín Moreno.
El exlegislador y jurista explicó que el Primer Mandatario se vio obligado a traicionar sus postulados, el slogan de campaña y a sus coidearios en su afán de abrirse un camino propio en un país con una grave crisis institucional y económica.
“Hay que entender que la traición en la política es un instrumento que encuentran las democracias para poder encauzarse cuando un Presidente llega con las manos atadas”, agregó.
De ahí que reiteró que el Gobierno de Lenín Moreno es de traiciones, negaciones y pragmatismo porque tomó decisiones severas en el primer año de gestión como es el enjuiciamiento y encarcelamiento de su binomio Jorge Glas por actos de corrupción; dejó al Contralor subrogante actuar con el fin de que continúe con los exámenes especiales sobre todas las funciones públicas, no le convenía que Carlos Baca Mancheno siga en la Fiscalía ni José Serrano como presidente de la Asamblea por el escándalo de los audios y los sacó; convocó a consulta popular para que el pueblo exprese su rechazo a la institucionalidad secuestrada durante los diez años de su predecesor; y el último viraje es haber nombrado al presidente del Comité Empresarial como Ministro de Finanzas.
“Con este viraje brutal hacia la derecha, los empresarios están buscando desesperadamente a quien poner en el SRI, las Aduanas, Banco Central (…) Estos empresarios que están queriendo meterle cuchara a la política, esos son bien peligrosos porque piensan en su propio beneficio que en el país”, puntualizó.
El segundo escenario planteado por Aguilar es la economía que, a su criterio, no ha sido manejada nada bien pues en cuanto a decisiones sobre el tema el régimen ha girado sobre su propio eje, camina tres pasos y retrocede cuatro y ha marchado sobre su propio terreno.
“Moreno ha venido quejándose como se ha endeudado el correísmo, pero él sigue haciéndolo y al mismo tiempo no entrega a la Asamblea un proceso de estabilización, eso debió hacerlo en la proforma del 2018”, añadió el jurista al recordar que la Ley establece que Ecuador puede sobrepasar el techo de la deuda que es del 40% siempre y cuando pida autorización del Legislativo y se someta a un plan de estabilización.
¿Qué le queda al Gobierno?. Se preguntó el exasambleísta al manifestar que al Presidente Moreno le faltan ganas de gobernar. “Tiene que reunirse con los ministros, se nota una ausencia de mandato presidencial, sale muy poco como en el caso de los periodistas secuestrados que habló tarde y habló mal (…) No sabe cómo reconquistar a sus bases, es un presidente huérfano de poder”.
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