Un informe realizado por Norton Cyber Security describe que los ataques cibernéticos ocurridos durante el 2017 en Brasil pueden haber generado perjuicios por 22 mil millones de dólares.
Se calcula que los brasileños y brasileñas que fueron víctimas de estos ciber-delitos son unos 62 millones, casi el 61 % de las personas adultas conectadas del país.
Uno de los casos más reciente fue el de más de dos millones de clientes de un e-commerce cuyos datos fueron filtrados después que un hacker consiguió acceder al nombre completo, fecha de nacimiento, número en el Registro de Persona Física (CPF, por sus siglas en portugués) y el valor gastado y la fecha de la última compra realizada, precisa Prensa Latina en un artículo.
Un efecto colateral de estos crímenes tiene que ver con el aumento de casi un 200 % en la contratación de seguros cibernéticos. El ataque de principios de 2017 con el virus Wanna Cry potenció el incremento de la utilización de este tipo de seguros.
Las herramientas de intrusión y captación de datos son cada vez más sofisticadas y las reglamentaciones “antiterroristas” otorgan potestad a los Estados a revisar casi cualquier comunicación cibernética. La multiplicidad de dispositivos nos hace portadores de armas que pueden volverse en nuestra contra. Existe cada vez más fuerte la necesidad de recapacitar y extender los conocimientos sobre estas herramientas para poder estar mínimamente seguros.