El malestar y el rechazo a la gestión de Hery Rajaonarimampianina como presidente de Madagascar han desencadenado manifestaciones masivas en la capital del país, que fueron reprimidas de manera violenta por el gobierno, que calificó de intento de golpe de estado la revuelta.
El despliegue de soldados en los puntos neurálgicos de la ciudad ha permitido restablecer una tensa calma en Antananarivo, mientras el presidente llamaba a la población a “respetar la democracia”.
El último reclamo popular tuvo relación con la promulgación de nuevas leyes electorales restrictivas, que coartan la participación ciudadana y cercenan los derechos de los partidos políticos opositores.
Las manifestaciones concluyeron con respuesta de la población a la represión, lo que es utilizado por el gobierno para victimizarse. Dos manifestantes murieron intoxicados por los gases lacrimógenos.
El primer ministro malgache, Olivier Mahafaly, anunció que se investigaría las razones de las muertes y llamó a los partidos opositores a conversar sobre las críticas a las leyes electorales para buscar un consenso.
La nueva ley busca proscribir al expresidente Marc Ravalomanana de volver a presentarse a las elecciones, mientras diputados denuncian al gobierno de haber sido agredidos y piden la renuncia del jefe de Estado.
El actual presidente malgache fue objeto en 2015 de un proceso de impugnación en el Legislativo acusado de corrupción e ineficiencia, pero el Tribunal Constitucional anuló el dictamen parlamentario, resume Prensa Latina.