Un nuevo estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) describe a la pobreza, la marginalización y el mal gobierno, como las principales causas para que los jóvenes africanos se radicalicen y formen parte de grupos extremistas.
Tras encuestar a 495 reclutas voluntarios de organizaciones extremistas como Al-Shabaab y Boko Haram, el PNUD desestima a la ideología religiosa como causa de su reclutamiento y admés asegura que la violencia y el abuso de poder son los motivos claves para que los jóvenes tomen la decisión final de unirse a estos grupos.
El estudio fue presentado este jueves en Nueva York, en la sede de Naciones Unidas y rebatió la idea dominante de que la educación religiosa alimenta las ideas extremistas, cuando en realidad es el contrario.
El informe muestra la fragilidad institucional de África que alimenta la violencia extremista que requiere de la vulnerabilidad de los jóvenes para poder seducir a sus nuevos integrantes. El PNUD indica que la prestación de buenos servicios a sus ciudadanos y el respeto de los derechos humanos en la región apaciguaría esta situación.
Abdoulaye Mar Dieye, el director del PNUD para África recordó que la mitad de la población del continente africano vive por debajo de la línea de pobreza y el desempleo es enorme. “El reporte ilustra que donde el contrato social es débil, donde la confianza de los ciudadanos en las instituciones es limitada, donde la relación dentro y entre comunidades está fracturada, la resistencia al extremismo es baja”, declaró.
Entre 2011 y 2016, al menos 33.000 personas en África han muerto a causa de ataques de extremistas violentos. Solamente las operaciones de Boko Haram se han cobrado la vida de 17.000 y desplazado a 2.8 millones de personas en el Lago Chad. El extremismo ha afectado el turismo y la inversión extranjera de países como Kenia y Nigeria, advierte un comunicado de Naciones Unidas.