El experto considera que deben mantenerse las medidas de restricción, para bajar los contagios y muertes por la pandemia.
Punto Noticias. Es leve el impacto de las medidas del último estado de excepción, como el confinamiento los fines de semana y el toque de queda, sobre la situación epidemiológica, a criterio de Daniel Simancas, epidemiólogo y director de Investigación de la Universidad UTE.
A decir del especialista, hubo un ligero descenso del número de pacientes en los hospitales, no de todas las provincias, así como una pequeña reducción en los fallecimientos de los hospitalizados.
Simancas advirtió que, los criterio de la OMS son claros, para tener controlado al virus tiene que bajar la positividad de las pruebas, que estaba en 35-40 por ciento y bajó al 31 por ciento, pero tiene que llegar al 10 o 5 por ciento para desconfinar responsablemente.
Tampoco se logró bajar el número de consultas al 50 %, ni las muertes y hospitalizaciones, debido a que las medidas fueron tibias, sostuvo el epidemiólogo. Insistió en que estas acciones no permiten desaturar al sistema sanitario.
Alertó que el exceso de muertes, reportado por el Registro Civil, está por encima de las 65.000 personas y hay que seguir lamentando que la gente muera de una enfermedad totalmente prevenible, dice.
Reitera que la situación continúa siendo crítica, porque no ha mejorado como se esperaba, y el impacto económico ha sido terrible. A decir del investigador, los países que más restricciones han tomado son los que ahora están más libres y están reactivando casi completamente su economía.
Planteó que al sector privado, que se opone a todo tipo de restricciones a la movilidad de personas y vehículos, hay que prevenirle que se debe hacer un compromiso para tratar de eliminar al virus, no con medidas parciales, sino mucho más intensas, capacitando a la ciudadanía y realizando pruebas de diagnóstico.
Simancas sostiene que los datos que muestra el COE Nacional son de las aglomeraciones que se han evitado, que no tienen un impacto directo sobre los contagios y las muertes. A su entender, lo que pasa es que la gente hace fiestas en sus condominios, turnando las casas para hacerlas, lo que provoca que la unidad de confinamiento se agrande.
No se confinan en sus casas, sino que llevan a cabo reuniones en conglomerados de 20 personas, por lo que los contagios no paran y no hay un respiro, especialmente en Quito. En Guayaquil, por la dinámica del COVID-19, se ha visto un leve descenso, por lo que hay que continuar con las medidas de restricción, sugirió.