Todo el fin de semana Colombia estuvo convulsionada por el atentado ocurrido en la mañana del sábado contra una estación de Policía en San José, Barranquilla. Allí murieron cinco uniformados y otras 42 personas resultaron heridas. Las primeras hipótesis señalaban a una responsabilidad de algún grupo narco, sin embargo en la tarde del domingo, el Ejército de Liberación Nacional, el ELN, se adjudicó el ataque a través del Frente de Guerra Urbano Nacional.
La policía, por el momento, revisa las evidencias y buscan descartar que se trate de una falsa pista que busque desviar la investigación.
Aunque no se ha determinado la autoría de las acciones terroristas, el propio presidente Juan Manuel Santos manifestó en Barranquilla que ponía en duda que la delincuencia común estuviera detrás de los hechos por el grado de sofisticación que tuvieron los atentados, comunicó Caracol Radio.
El comunicado que difundió el grupo insurgente dice:
No hay un día en el que no ocurra un atentado contra la dignidad y la vida de los habitantes de la llamada “capital de vida” y de las ciudades de Colombia, por parte de la fuerza pública, demostrando que su función es defender los intereses de los ricos y poderosos.
Y brindan una enumeración de las acciones de las fuerzas de seguridad en contra de la protesta social, la persecución a mototaxistas, conductores de taxis, colectivos, dacias, vendedores estacionarios y ambulantes.
El ELN denuncia el accionar del gobierno colombiano que se rehúsa a dar respuestas a las necesidades de la población y con esto pretenden justificar el ataque contra el cuartel policial para convocar a un diálogo de Paz.