Editorial de Radio Pichincha
Guillermo Lasso Mendoza ha obtenido cita con Joe Biden y eso le hace feliz. Obtendrá lo que desea efusivamente: una foto más para su álbum y con eso ya sentará en su “egoteca” un punto más, a costa del erario nacional ecuatoriano.
Parecería que esos propósitos son lo más importante de su vida, así como lo ha demostrado en sus tantos viajes, en el avión presidencial, calificado por él como un “lujo socialista” y que hasta ahora no hace nada para venderlo como ofreció en campaña, demagógicamente.
Sorprende que un mandatario llegue a Washington tras la declaración del embajador estadounidense de que, primero existan narcogenerales y Lasso no haga ni dicho nada; segundo de que la justicia está cooptada por los narcotraficantes. En cualquier régimen democrático y republicano declaraciones de esa índole son una evidente intromisión en asuntos internos de un Estado. Y, si fuese un demócrata y verdadero defensor de nuestra soberanía, llamaría a consulta a ese embajador y le recriminaría públicamente. Pero no, parecería que es mejor agachar la cabeza y llegar a EE.UU. y tomar nota de las órdenes del imperio, directamente.
Pues, cuando se revisa la agenda de la visita presidencial de Lasso cualquier analista político, que no sean los de los Pelagatos, los Hijos Bobos o los Ecuavisas, se daría cuenta de que no es una en la que se priorizan los asuntos más urgentes, como por ejemplo el tratamiento estadounidense a la migración ecuatoriana. El punto central es el encuentro con el director de la CIA. Sí, así como lo oyen y leen, con nada más y nada menos con el principal de la Central de Inteligencia gringa. De paso, por si fuera poco, también una “amplia reunión” con la USAID. Y también, como gran cosa un encuentro con el nefasto Luis Almagro, de la OEA, donde trabajan los colaboradores directos de Lenín Moreno.
Claro, pomposamente dice el comunicado oficial, que la visita tocará temas centrales, como DEMOCRACIA, SEGURIDAD Y COMERCIO. ¿Democracia con Biden y Almagro? ¿Estamos entendiendo qué significado le dan esos dos personajes a la democracia ecuatoriana? Y en cuanto a Seguridad, ¿no ha sido el mismísimo embajador gringo el que ha metido las narices en nuestros asuntos internos y no ha sido ni siquiera llamado la atención o puesto una queja pública?
Pero bueno, ya sabemos que de esas cosas el canciller y menos el Primer Mandatario entienden. Y, por si fuera poco, nadie se sorprenda que como Lucio Gutiérrez en su momento y el mismo Moreno hace poco, diga que son los primeros aliados de EE.UU. en el combate al narcotráfico, pero nunca le digan en la cara, como sí ha hecho Gustavo Petro o Andrés Manuel López Obrador, que mientras no combatan el consumo interno y el arribo de miles de naves a su territorio, EE.UU. es el primer país del mundo más responsable de ese mal de todo el planeta.
Como lo que más cuenta es la foto, donde no estará ausente la llamada Primera Dama ya veremos que volverá la delegación oficial, llena de orgullo, a decirnos que como nunca antes las relaciones con EE.UU. son de las mejores de la historia y por eso debemos aplaudir a un Mandatario que deja pisotear nuestra soberanía con declaraciones de un embajador que más parece virrey que diplomático de carrera. PUNTO